Se cumplen hoy 100 años de la radio en la Argentina, y me vienen recuerdos imborrables de mi infancia.

En Suipacha mi abuela Isabel se levantaba temprano y lo primero que hacía antes de tomar su mate cocido con leche, era prender la radio; a mi me despertaba, y era la voz de Hector Larrea en su programa Rapidísimo.

Era una radio a pilas que con el paso del tiempo se rompió y no funcionaba, pero un compañero del trabajo, en el correo Don Emilio Carro, la reparó y la transformó en eléctrica.

Hoy está radio tiene casi mi edad o más, no lo sé pero aún funciona y de ves en cuando la enciendo para volver a recordar esos lindos momentos de mi infancia, de mi querido Suipacha y por sobre todo de mi querida abuela.

La radio es una fiel compañera de toda mi vida. Desde esos inicios, pasando luego por la Oral Deportiva y hoy en día compartiendo Am y FM. Frecuencia que me obligó a dejar esta reliquia un poco de lado.

Felices 100 años de la radio para todos aquellos que ponen su granito de arena día a día para estar en un dial y acompañarnos.