Arzobispo Jorge Eduardo: «Las radios locales tiene que tener justamente esa capacidad de ser una voz desde lo local, del barrio, del pueblo, de la ciudad»

En diálogo con Octavio Fiorelli en «Parte del Aire» por FM Santa María 88.1 en el día del centenario de la Radiodifusión en la Argentina, Mons. Jorge Eduardo Scheining expresó: «Cuando era párroco en San Fernando, parte de la parroquia también tenía que ver con el Delta. Entonces con otro sacerdote de Tigre, con un compañero, tuvimos juntos la idea de armar una radio, una FM. Y entonces, ahí hicimos una Radio que la llamamos La Barca y que hoy tiene la frecuencia de 88.3. Fue una experiencia muy linda porque justamente comenzamos el 8 de diciembre, el día de la Virgen, hace más o menos unos 15 años, y fue muy lindo comprar los equipos y otros nos lo regalaron; después los fuimos perfeccionando, armando la sala de audio, todo muy precario; pero después se fue haciendo muy profesional y la verdad que a uno le llamaba la atención la llegada y este misterio de entrar a las casas porque la gente habilita la entrada y a los lugares más insólitos; después, cuando pudimos conectarnos por internet, la radio, además de salir por aire, estaba en internet, y esto hacía que había una comunicación con el mundo, una cosa absolutamente extraña; es una radio que para mi gusto fue creciendo en audiencia y fue creciendo también en esa capacidad de ir encontrando el diálogo de la cultura propia del lugar que creo que es parte de las radios comunitarias o las radios locales, no de las nacionales porque parece que tienen otro tinte. Las radios locales tiene que tener justamente esa capacidad de ser una voz desde lo local, del barrio, del pueblo, de la ciudad. Son como nuestra radio Santa María, es decir, hacer ese intento de ser una voz autorizada de la gente del lugar.»

Continuando con el tema radiofonónico, dijo: «Fue muy lindo; yo tenía algunos micros y predicaba retiros; sumamente interesante; tenía una programación; había programas enlatados como se dice. Pero fundamentalmente había una programación a partir también de laicos que se fueron comprometiendo. Y por supuesto un enorme desfuerzo económico. Acá nosotros tenemos Santa María, FM Nova, LT20 Radio Junín con el diario La Verdad y las páginas web La VerdadMercedes.com y La Verdad de Junìn. Acà tuvo un desarrollo mucho más importante, incluso con un equipo de más potencia. Estábamos cerca del aeropuerto de San Fernando y entonces teníamos que tener mucho cuidado con la antena; en un momento creo que fuimos a un edificio y entonces estiramos de punto a punto de red pero muy interesante la experiencia, muy linda.»

En relación al momento que estamos viviendo tecnológico, manifestó que: «Te voy a ser sincero; con todo lo que es la técnica para mi tiene como dos caras; una que me parece que es muy clara, muy buena, y la otra que no se puede quitar la presencialidad y la experiencia religiosa que es una experiencia comunitaria; es irremplazable; no el hecho de estar juntos. Entonces todo lo bueno de la virtualidad que es la llegada que suple esta situación, pero también tiene otra dificultad a la que no nos tenemos que acostumbrar porque termina siendo sistemática y desde una cultura individualista en donde cada uno está en lo suyo. Yo escucho radio, soy consumidor de radio a la mañana; me levanto 5:45, 5:30 y empiezo a escuchar radio; tengo una de botoncitos y escucho varios programas un ratito y la verdad es bueno porque uno va viendo las noticias. Este sistema favorece un formato individualista por decir, gracias a la virtualidad; y gracias por el zoom que nos permite reuniones virtuales por Facebook o YouTube para que entremos a las casas con la misa pero volvamos a la presencialidad, volvamos al encuentro.»

En referencia a la presencialidad en las misas, conceptuó el Arzobispo: «Hay un protocolo provincial que habilita a los intendentes la posibilidad de hasta 10 personas. Te voy a ser sincero; creo que no terminan de entender algunos intendentes que lo religioso es muy importante para una parte de la población, no para toda la población, porque no todo el mundo es creyente y no todo el mundo es cristiano o católico. Pero una parte de la población tiene un hábito de la celebración dominical; es como si a vos te sacan el hábito del fútbol para ir a las canchas los domingos. La experiencia religiosa, sobre todo para los cristianos que vamos a misa y comulgamos, tomamos la comunión; la experiencia religiosa es un alimento, entonces este ayuno que estamos haciendo, que es entendible y hemos acompañado y de hecho acompañamos con esta racionalización y esta lógica del no contagio. Pero por otro lado creo que frente a la habilitación de algunos lugares, nosotros hemos presentado un protocolo y yo creo que no lo terminan de entender, por lo menos algunos, lo importante que es para la salud del pueblo la experiencia de Dios y la experiencia religiosa; como van diciendo que la pandemia tiene otros males colaterales y uno de los males es el mal psíquico o la ansiedad o la angustia del miedo y yo creo que podríamos colaborar también y la verdad es que hacemos fuerza; yo no quiero cortar el diálogo, no quiero hacer nada que no ayuda a la convivencia social; por el contrario, animo a los sacerdotes y a los cristianos a que seamos muy capaces de convivencia porque la hora de este momento es muy delicado. Entonces tenemos que convivir, pero creo que sería bueno, a veces, que los intendentes pudieran descubrir esto, pero el que no tiene experiencia religiosa me parece que le cuesta más entender; como que es algo que se puede prescindir pero creo que se equivocan.»

En referencia a la realidad social actual, dijo que: «Esto es algo tan extraordinario que de alguna manera nos pone a todos los argentinos frente algo inédito e inesperado y que pone a prueba también muchas cosas nuestras; yo quisiera alentar a que aparezca lo mejor de nosotros, esa reserva moral, esa reserva espiritual que creo que el pueblo argentino tiene como para que en esta prueba tan larga, tan compleja, que las mejores cosas de nosotros salgan porque la verdad es que son tiempos difíciles y uno cree que vamos a transitar un tiempo muy complejo; tenemos que ser capaces de poner lo mejor de nosotros y creo que ya lo estamos haciendo. Estoy convencido de eso porque salgo y recorro; he estado en algunos barrios donde las parroquias comparten comida y la actitud de la gente es tan positiva; por eso te digo que, la verdad no pongo la televisión a la noche para ver algunos noticieros, porque me deprimo; y salgo a la calle y estoy con la gente aún en la cola para pedir comida y vuelvo con esperanza; lo que quiero decir es que muchas veces siento que nuestro pueblo sencillo, humilde, trabajador, nuestra gente, la gente, le pone a la vida luz que muchas veces no vemos en los líderes o que no se reflejan mucho en los medios, lo cual es una lástima porque es ahí donde uno cree que el papel de los medios es tan importante para poder mostrar otro espíritu; muchas veces uno cree que el país real es el país mediático pero hay un país que se levanta todos los días, todos los días apuesta, todos los días trabaja; vos vas a un barrio muy humilde, por ejemplo en Rodríguez, ves una casa familiar que la dispone para armar comida para su cuadra y estás con esa gente y no puedes dejar de admirar el esfuerzo y la generosidad en ese sentido de solidaridad; yo no puedo dejar de admirar y también la actitud, porque no ves una actitud de tristeza, de estar en esa situación, de enojo, de violencia, y tiene virtudes de cómo, se dice, en romance, parar la olla y la verdad es que a mí por lo menos me da mucha esperanza; uno siente que entonces ahí hay muchas posibilidades con este pueblo de que podemos salir adelante.-«