En una emotiva ceremonia el Nuncio Apostólico impuso el Palio Arzobispal a Mons. Scheining

«La Misa Crismal es una celebración llena de signos. Si nos disponemos con un corazón contemplativo, místico, es otra oportunidad que el Espíritu Santo nos regala para seguir descubriendo nuestra identidad cristiana. Somos el Pueblo de Dios, Su Asamblea Santa, Pueblo de Pastores, Pueblo Sacerdotal.», nos decía nuestro padre obispo al comenzar la homilía de este día.

En ella, los sacerdotes renuevan su compromiso sacerdotal, se bendicen los óleos de los Catecúmenos y de los Enfermos, y se consagra el Santo Crisma.

Asimismo, Mons. Jorge Eduardo recordó a los sacerdotes fallecidos desde que asumió la titularidad arquidiocesana, especialmente a Mons. Agustín Radrizzani, y a los sacerdotes que en este año 2020 cumplen aniversarios de su ordenación, como por ejemplo el Padre Gieco que reside en Lobos y este año celebra 60 años de vida sacerdotal.-