El valor agregado de una inversión para el desarrollo

Los argentinos asistimos hace escasas horas a la inauguración de una nueva planta reguladora y una importante cantidad de kilómetros de gasoducto, producto de una inversión de la concesionaria del servicio de Gas Natural en parte del territorio nacional. Hablamos de la empresa de capitales españoles Naturgy. Hablamos de una multinacional con presencia en 30 países del mundo y con 22 millones de clientes en todo el planeta. Decimos en el comienzo los argentinos y destacamos ese aspecto porque esta obra va más allá de los límites de los distritos beneficiados que en este caso son Mercedes y Luján.

La nueva planta ubicada en un predio de ruta 41 casi en el límite con Navarro, ha significado una inversión cercana a los nueve millones de dólares que permitirá mayor fiabilidad del servicio para el sector productivo y para las estaciones de GNC de esta región. ¿Entonces porque hablar de los argentinos? Porque el hecho que tenemos frente a nuestros ojos termina con algunas sandeces que se han intentado instalar en la población. Se nos dijo hasta el cansancio que producto del congelamiento de las tarifas durante estos meses iba a frenar las inversiones de las prestadoras de servicios públicos. El primer aspecto de sesgo falaz, es que cada empresa está ligada al estado nacional por medio de contratos. Los contratos de concesión. En ellos no solo se discute ese cuadro tarifario sino también se establecen los planes de obras y las inversiones que deben hacer esas empresas. Puede que esta sea una de esas inversiones pero no deja de ser un dato de la realidad y una proyección hacia nuevos horizontes.

Ninguna multinacional realiza desembolsos sino analiza su amortización o recupero. Claro que los plazos que se proponen son extensos. No se pretende recuperar esas inversiones en meses o en pocos años, sino en décadas. Naturgy lo analiza en términos de 20 o 30 años. Antes de poner toda la tecnología al servicio de este nuevo emprendimiento, ha realizado un análisis de potencialidades y en ese sentido no podemos menos que aferrarnos a aquellas expresiones que alguna vez deslizamos en otros artículos que era el desarrollo y la proyección de la zona. La falta de infraestructura y de servicios se convierte en una limitante para empresas que quieran invertir o para aquellas que analicen relocalizaciones. Estas cuestiones quedaron un tanto al descubierto cuando la empresa Agro Energie One pensó en desembarcar por estos pagos. Una observación parecida puede hacerse en el parque Industrial de Flandria donde el servicio tendrá una ostensible mejoría.

Este artículo no es producto de un pensamiento positivo sino la interpretación de cuestiones fácticas. Naturgy ha pensado esta infraestructura para industrias. Esa planificación no es interpretativa. La concesionaria piensa en términos comerciales. El departamento comercial recoge la necesidad y el área técnica lleva adelante el proyecto. No hay una moneda echada al aire a ver si es cara o ceca. El propio Gerente General de la compañía revela que no construyen con expectativas futuras sino con realidades, más allá de los riesgos de capital que también se ponen en las variables a contemplar. Alberto González Santos considera que la región está llamada a tener un importante crecimiento y para ello es necesario tener la disponibilidad de los servicios antes que eso suceda. Es reconfortante pensarlo en términos de positividad.

Naturgy es una empresa que está radicada en Argentina desde 1992. Desde aquellos tiempos de las privatizaciones. Ha realizado ahora una inversión considerable en nuestro partido, a la que el estado deberá acompañar con otras obras de infraestructura como pueden ser las obras viales o beneficios impositivos por mencionar algunos. Los medios de comunicación hemos aprendido una frase que a veces nos traiciona y que dice que “la buena noticia no es noticia”. Tal vez tengamos que ser nosotros mismos los que empecemos a desinstalar ese preconcepto que nos empuja en cada ocasión en la que tenemos que definir lo que es una noticia.