ANA CAZENEUVE: “Yo nunca me desvincule de mis amistades y de mi historia”

MERCEDINOS POR EL MUNDO POR FERNANDO PACHIANI

La valijita y el mapa
“Llevo más años en Cutral Co que en Mercedes- nos comienza a contar Ana. Yo soy cutralquense por adopción. Viví hasta los 18 en Mercedes, después me fui a estudiar a Buenos Aires, arquitectura en la Universidad de Buenos Aires y como todos los estudiantes de aquella época, iba y venía a Mercedes y finalmente, cuando me recibí de arquitecta, fui a buscar laburo al sur. Me vine sola a buscar trabajo con una valijita y un mapa. Vine en colectivo. Sin nada. Parecía Bordolino…(risas).

Nunca sentí una sensación de desolación tan grande, porque llegué un día que llovía y de muchísimo frío, una cosa muy rara. Llegué a una terminal muy vieja y fea que había en Neuquén capital. Fue la primera vez que vi colectivos con caloventores. Fue todo una novedad para mí.

Yo elegí la provincia de Neuquén en una reunión familiar, con mi padre y hermanos varones, que como no conseguía trabajo en Buenos Aires, mi papá puso el mapa arriba de la mesa y empezamos provincia por provincia a ver qué posibilidades había, y salió Neuquén. Por esto y aquello, porque era una provincia chica en desarrollo, que tenía una economía estable e independiente. Dos días antes de venirme un hermano mío me dio el número de teléfono de un ex compañero de él de la universidad, muy amigo, que estaba viviendo en Cutral Co. Ese era el único contacto. Me recibieron, me dijeron que viniera acá a visitarlos, y viví 6 meses con ellos.

Por entonces tenía 28 años. Estuve dos días en Neuquén capital haciendo trámites. Pedí una entrevista con el gobernador, con el ministro de obras públicas, con el intendente de la ciudad de Neuquén, una cosa demencial… (risas), pero en esa época te daban bola- agrega. Después vine un lunes o martes a Cutral Co a visitar a estos amigos y ellos me llevaron de un lugar a otro, y yo iba caminando, y llegué a una Escuela Técnica de acá que tenía la especialidad en Maestro Mayor de Obras, y la directora que era una mujer sumamente cálida y amorosa, me dice: “acá a la vuelta hay un arquitecto que tiene mucho trabajo, anda a verlo”. De casualidad lo enganché, porque él estaba de a ratos por otro trabajo en el estado, y me dio una entrevista a la tarde y luego me dio trabajo. Eso fue el primer día que llegué a Cutral Co.

Luego la directora me presentó al asesor pedagógico y un año después me casé con él. Cosas que se dan así. Y con él sigo viviendo. Encontré todo junto. Cortita y al pie fue. Tenemos dos hijos varones, uno que volvió el año pasado de Córdoba, que es profesor en Ciencias de la Educación igual que mi esposo, volvió a la provincia a trabajar acá, y el menor que estudia fotografía en Bellas Artes, que sigue en Córdoba. Cuando hablan de cambiar de aire, yo acompaño, puedo dar mi opinión si me la piden, puedo decir cómo armar la estrategia para irse, pero más que eso no, además no tendría autoridad moral para decirles que no”.

Los genes
Acá por ejemplo sobre todo en Salud y en Educación, faltan profesores y bien formados, que hayan elegido la carrera de Educación y se hayan formado como tales. Yo era arquitecta, y trabajé en una Escuela Técnica, jamás hubiese ido a trabajar a otro lado. Yo me jubilé en Educación, y siempre hice los dos trabajos, en el estudio particular y en la escuela. A mis alumnos les decía: yo estoy acá porque me pagan una junta de trabajo, y después me enamoré de la educación. Evidentemente había algo en mi familia, llevo los genes de la educación ya que era 4º generación de educadores, así que estaba siempre en el aire la docencia, ya sea por la familia de mi mamá, Santoro, o por los Cazeneuve. Pero eso falta acá, y también profesionales de la salud, sobretodo, médicos. No los que se quieren quedar en Neuquén capital, sino que vengan para el interior. Cutral Co está a 110 km, yendo perpendicular por la cordillera, por ahí es más conocido Zapala, porque es el ombligo de la provincia. En esas dos áreas, Educación y Salud, hay siempre trabajo, realmente se necesitan profesionales así”.

La vida en Neuquén
“Acá el costo de vida es caro- dice Ana. Vos pensá que acá es una zona petrolera, entonces todo se maneja de acuerdo al petróleo, lo cual es un error, porque petroleros hay una cierta cantidad de gente, y el resto somos todos de otras cuestiones y en servicios de última, pero no petroleros. Siempre fue muy caro vivir, alquileres, la comida, ahora estamos más o menos como el resto, pero en una época era mucho más caro. La ropa, sobre todo, sigue siendo cara, y el acceso a la vivienda. En la época que yo llegué todavía estaban los coletazos de la presencia del estado donde había muchos planes de vivienda, entonces vos tenías la posibilidad de acceder a tu vivienda propia. Después de la gestión de Menen ya no, y en los últimos años sí, se volvió a ver planes de vivienda, un poco más de acceso, porque, insisto, es muy caro”.

Pero hay una cuestión importante que quiero destacar y es que como estos lugares de petroleros, siempre se han hecho con gente que va y que viene, gente de tránsito, en cambio, después de los 90 se armó una población más estable, con las privatizaciones y todo eso cambió la fisonomía. Por eso se da acá que hay como un abrazo al que llega, al otro, hay un acompañamiento, y eso se da entre los docentes muchísimo, siempre hay alguien que te va a dar una mano, albergar, contener, y las familias son las familias de adopción que uno va armando, porque uno va estrechándose afectivamente, sino no se resiste. En ese punto están abiertas las comunidades, eso es más fácil. Así que no tengan miedo y agarren, como hice yo, la valija y el mapa”.

Mercedes presente
“A pesar, como te decía, que hoy soy más cutralquense que mercedina, voy a ver a mi madre que es muy anciana, tiene 91 años, entonces voy a Mercedes cada dos meses, ella y mis amigas son mi fuente, mi sostén, y cada vez que voy nos juntamos. Mi madre está muy bien, ella vive con dos señoras que la cuidan, Isabel y Estela, que son dos soles y la atienden muy bien. En cuanto pueda voy para allá. Siempre me quedo no menos de una semana, generalmente dos días en Buenos Aires que hago algún trámite o veo amigos de allá y una semana a Mercedes. Y en el verano voy dos o tres semanas para estar cuidando a mi mamá, ya que las señoras que la cuidan se toman vacaciones. Yo voy muy seguido, lo necesito, es mi lugar de nacimiento, yo nunca me desvincule de mis amistades y de mi historia, de la querida Escuela Normal, de la promoción 77, así que nada, yo sigo yendo a Mercedes”-concluye.