CAROLINA BERETERBIDE: “Cuando volvemos a Mercedes no nos alcanza el tiempo”

Destino a Suiza
“En Ginebra estamos hace dos años- comienza a contar Carolina, y vinimos por el trabajo de mi marido Jacinto Peralta Ramos, antes habíamos estado cuatro años en Singapur, que es un país soberano insular de Asia, formado por sesenta y tres islas, pero eso es otra historia. Los últimos años estuvimos bastante afuera – agrega, pero más allá de ello, antes de casarme también estuve recorriendo sola el mundo.

Acá en Suiza, el clima es bárbaro, soleado, tuvimos una primavera y un verano bastante calurosos, bastante benévolos, eso fue muy bueno por el tema de coronavirus para a poder disfrutar y salir afuera. Hoy, por ejemplo, amaneció bastante más fresco, por más que es agosto que vendría a ser enero en Argentina, lo que lo hace súper agradable. Por ejemplo, te cuento algo que me llamó la atención que acá no hay aires acondicionado, hay muy pocos en las casas. Son costumbres culturales, pero los edificios en general no tienen, porque hay pocos meses de calor para que lo justifiquen. Pero por más que tengas uno lo calibran para que no pueda estar más de X grados con respecto al exterior, por una cuestión de ecología. Por ejemplo, si afuera hace 35º, tu aire no puede refrigerar a menos de 31º.

Te contaba que vinimos a vivir a Ginebra, Suiza por cuestiones laborales de mi marido. Él es trader de aceite de palma, la producción está principalmente en Indonesia y Malasia y se obtiene de los cocos de las palmeras. Es el segundo tipo de aceite con mayor volumen de producción, que tiene muchos usos y consumos, pero en Argentina no lo conocemos tanto.

Él sigue trabajando en lo mismo acá en Ginebra. Acá esta la Casa Central de Louis Dreyfus Company (LDC) que es donde trabaja, la compañía es un conglomerado multinacional de origen francés que se dedica principalmente al procesamiento y comercialización de bienes de consumo principalmente agrícolas, y bueno después de cuatro años allá nos tocó venir para acá, y nosotros muy contentos porque de alguna forma estamos más cerca de Argentina, de nuestras familias y las costumbres”-señala.

Acompañando pero trabajando
“Desde que nos casamos, mi rol fue más acompañando a mi marido, sin embargo, en Singapur trabajé para la Cámara Latinoamericana de Comercio, y fue muy interesante y divertido. El trabajo consistía en identificar las necesidades que existían en Singapur y en Latinoamérica y trataba de hacer enlaces de negocios y culturales.

Otro proyecto que tuve fue importar las conocidas sillas argentinas, diseño BKF, llamadas también “Butterfly”, sillas de acero y cuero diseñadas por los arquitectos Bonet, Kurchan y Ferrari, de ahí su nombre, y que desde 1938, se comercializan en Singapur, y con esas dos cosas me divertí bastante, estuve ocupada- cuenta.

Y acá en Ginebra llegamos hace dos años, pero instalarnos y buscar departamento nos llevó bastante tiempo. ¿Viste cuando te sentís aterrizando? Sobre todo desde un punto de vista social o de conocer gente, eso vino lento por todo el tema del coronavirus. Yo le decía a Jacinto, mi marido, no me hagas pensar en una nueva mudanza ahora, que siento que estoy recién aterrizando. Nos gustó mucho Suiza, es un país donde podríamos vivir unos tantos años. Aún siento que estoy aterrizando, no puedo pensar a futuro, tal vez en tres años me mudo de nuevo por lo que por ahora no estaríamos pensando volver al país. No obstante estamos muy contentos, Ginebra es una ciudad chica 200.000 habitantes pero súper internacional, ya que están las Naciones Unidas (ONU) y muchísimas organizaciones alrededor de la ONU, lo que hace que haya una mezcla de gente internacional, es muy cosmopolita. Suiza tiene 3 partes, la Alemana, la francesa y la italiana; y Ginebra es la parte francesa”.

La experiencia Singapur
“Singapur queda en el sudeste asiático, es una isla chica en territorio y tiene cinco millones de habitantes. Fue una experiencia muy interesante haber vivido ahí- cuenta Carolina. Hoy por hoy nos damos cuenta que en general cuando somos más chicos sabemos poco de lo que es Asia, o por lo menos yo. ¡Cuán importante fue Asía! Porque tiene culturas milenarias que lo siguen siendo, sobretodo China. Es un país joven, tiene 54 años, era parte de Malasia, se independizó y vino un líder con mucho control, no sé si llamarlo autoritaria, pero creo que en gran parte lo fue, y pudo llevar al país a un desarrollo increíble. Hoy es muy fuerte en servicios financiar, traen inversiones de todas partes del mundo. Una de las cosas que se dice popularmente es que Singapur fue un éxito gracias al desastre de los países que los rodean, porque ahí tenías muchas seguridades jurídicas o para traer inversores o empresas que no existían ni en Indonesia, ni en Tailandia, ni en Malasia”

La vida de viajera
“Viajar y conocer diferentes países y culturas es increíble. Hace bastante que empecé a viajar, la primera vez a Estados Unidos, luego estuve viviendo ocho años en Holanda, que eso me marcó mucho, cada lugar te abre mucho la cabeza. Y más allá de que a Asia fui de grande fue una apertura total. Desde muy joven soy viajera porque yo hasta los 20 no había salido de Argentina, tal vez a Uruguay nomás y a partir de ahí me fui a estudiar a Boston.

Mi nivel de inglés era bastante malo, entonces iba a las clases y no entendía nada y volvía y me leía todos los libros, estudiaba mucho, porque si no, no pasaba las materias, y a partir de ahí fue un país tras otro, por supuesto que iba eligiendo.

Hace 5 años me casé en Argentina, ya me imaginaba asentada, y Jacinto me dice “nos trasladan a Singapur, “qué” jajá le dije, “yo pensé que mi vida de viajera había acabado”, y acá sigo, dando vueltas.

En Singapur era solo su compañera de viaje, como no tenemos hijos y yo quería hacer cosas. Conseguir un trabajo era difícil. Cada 10 locales puede trabajar un extranjero. Así que bueno, fue una etapa Singapur. Ahí tuve que aceptar de disfrutar de ser ama de casa extranjera y encontrarme con otras iguales que yo. En un momento me aburrió por eso empecé a buscar trabajo, y me puse con lo de las cámaras y el proyecto de importar sillas. Hay una gran diferencia con Europa y como tenemos pasaporte italiano, por mi familia, nos es más fácil conseguir trabajo todo se mueve más rápido. Acá me siento en casa para hacer muchas cosas, en Singapur no era lo mismo, allá como extranjero, sos de otra categoría. Fue la primera vez que me sentí discriminada en la sociedad. Ahí sentí que me diferencien, porque no podía trabajar”- señala.

Los afectos
“Yo estudié en el Colegio Parroquial. Ahora sigo súper en contacto, tal vez durante los primeros años no, a los 20 ni de casualidad encontrabas una computadora. Hoy en día es otra historia. Uno está híper comunicados con todo el mundo. Soy promoción 93.

Con mi marido, Jacinto, fuimos a la misma universidad, estudiamos en la Universidad de San Andrés, él es 3 años más grande, pero en ese momento, solamente nos conocíamos, ni siquiera éramos amigos, después pasamos muchos años, y cuando yo volví a Argentina que fue en 2012 lo volví a encontrar con amigos en común, y ahí empezamos a salir, y nos terminamos casando.
Aprovecho para enviar saludos a todos mis primos Bereterbide, que los amo y son mis amigos de la infancia. A Lía Swinnen, es una de mis mejores amigas del colegio, tal vez no hablo todas las semanas, pero seguimos en contacto. Otro que es casi un hermano es Mariano San Miguel, que vive en Estados Unidos. A todos mis profesores de la secundaria, del Colegio Parroquial, que fue una formación excelente. A mis padres, a mi hermano y al familión que tenemos allá que los amo.

Siempre tratamos de pasar Navidad en Mercedes con toda la familia Bereterbide, esto de vivir afuera hace que cuando una va para allá es poco el tiempo, pero nos gusta mucho ir al campo y ahí es donde pasamos la mayor parte de los días cada vez que vamos” – concluye.