El Análisis de un Laboratorio

No es el único ejemplo ni tampoco será el último. Pero en tiempos de pandemia quedan demostrados varios aspectos que siempre han sido motivo de discusiones un tanto híbridas y sin sentido. Una de ellas es el concepto del Estado Presente. Otra es la posibilidad que se puedan lograr sinergias entre el sector público y privado a los efectos de buscar caminos que tiendan a mejorar las condiciones de vida en comunidad. Cuando allá por el mes de marzo comenzaba el confinamiento en la Argentina, el sistema de salud se debatía por varias aristas: las camas de terapia intensiva, los respiradores, el personal, entre otros tantos puntos. Por fortuna en Mercedes surgió una iniciativa que tal vez a la distancia no alcancemos a contemplar su relevancia y tiene que ver con la puesta en funcionamiento de un laboratorio de virología molecular. Era toda una novedad. En ese proyecto había una intervención del sector privado que tomaba la decisión de poner al servicio de una ciudad y una región, un equipamiento con el que contaba. Pero como bien lo han dicho los profesionales que están al frente del mismo, necesitaban de la decisión política de acompañamiento.

Afortunadamente tuvieron ese respaldo que les permitió desarrollar un proyecto ambicioso, con un presente de emergencia y un horizonte de futuro en materia de investigación científica. Todo se fue cumpliendo del modo imaginado. La presencia del estado municipal para afrontar algunos gastos, la cooperadora del Hospital siempre atenta y la provincia dispuesta a hacer su aporte. El laboratorio hacía camino al andar y Mercedes pasó a ser el centro de recepción de diferentes muestras que en un tiempo prudencial y oportuno para la ocasión, tenía resultados que le iban a permitir a cualquier distrito poder planificar sus acciones. Aquello comenzó hacia fines del mes de abril, poco más de un mes después del inicio de esta pandemia que aún nos agobia. El paso del tiempo nos corre los ejes de nuestras miradas. Pero es también nuestra obligación volver a enfocar.

Porque como en toda situación extrema estuvieron los que pretendieron aprovechar la ocasión para beneficio propio. Los precios de tapabocas, alcohol, cloro y otros elementos vitales para afrontar la emergencia sanitaria, crecían en forma desmedida. Una movida especulatoria ingrata pero real. En tanto otros que también pudieron ver en la pandemia un negocio muy rentable eligieron otra senda. Más humana, más real, más solidaria. Decía un viejo conocido que la siembra es libre, pero la cosecha es obligada. Por eso aquellos que sembraron buenas semillas hoy recogen el reconocimiento a su excelente tarea.

Hace escasos días tuve la oportunidad de recorrer ese laboratorio que se encamina en poco tiempo a cumplir un año de funcionamiento. El propio Director del centro asistencial decía que no estaba en los planes ni en los proyectos del Hospital que imaginó, hacer virología. Pero la demanda y la realidad llevaron a ese puerto. El empeño y el esfuerzo del personal de ese laboratorio ahora cosecha elogios y piensa en seguir aportando beneficios a la salud pública más allá de las fronteras de nuestro partido, concretamente en redes nacionales. Mercedes tuvo ese valor agregado porque existieron profesionales y empresarios que eligieron involucrarse en las necesidades del colectivo antes que pensar en dividendos individuales. No abundan estos ejemplos. Más bien faltan muchos más para seguir creyendo que el mundo en el que vivimos pueda ser un poco mejor cada día. El Laboratorio de Virología no fue solo una necesidad, fue aire fresco ante tanto smog.