El nivel de participación electoral como incógnita

La próxima vez que me siente a escribir esta columna, las elecciones, o más bien el electorado, habrá dado su primer veredicto. Las primarias ya tendrán sus resultados a la vista y con ellos es posible que nos resulte más sencillo analizar los números que dejó y como fue el comportamiento de la ciudadanía. Especialmente tal vez esto último, pues ese comportamiento será observado en el porcentaje de votantes que se interesen por los comicios. Existen vaticinios de todos los colores y para todos los gustos. Uno de ellos tiene que ver con una participación baja. Lo que pueda suceder en la provincia de Buenos Aires y por ende en Mercedes y la región es terreno hipotético. Pero tiene fundamentación o correlato con las elecciones que ya ha mostrado este 2021.

En provincias como Misiones, Jujuy y Salta, que realizaron comicios en plena pandemia, el índice de participación se ubicó en una merma de entre 8 y 19 puntos porcentuales respecto de 2019 y 2017. La situación sanitaria tiene su influencia y también el descontento social, pero no es lineal. No significa que si hubo menos votantes en otros distritos electorales vaya a repetirse con similitud en tierras bonaerenses. No es menos cierto que las elecciones primarias siempre muestran niveles de participación inferiores a las generales, por cuanto es posible que ese número que pueda observarse será diferente cuando llegue noviembre.

Por otro lado el domingo próximo las elecciones tienen carácter nacional, no se limitan tan solo a un territorio provincial, por cuanto comparar esas convocatorias con esta podría no ser correcto. Si nos regimos por los números que hemos revisado también es un dato que en elecciones de medio término el número de votantes suele ser inferior al de una elección donde se ponen en juego cargos ejecutivos. Veamos entonces el comportamiento de los votantes de nuestra ciudad desde que se pusieron en marcha las primarias. Partimos de un dato que resulta una rareza. Las elecciones de 2015 fueron las que menos participación tuvieron en lo que podríamos denominar “primera vuelta” y el más alto de una general. La brecha de votantes entre una y otra creció en un 9 por ciento, algo que no sucedió en las cinco oportunidades que hubo convocatoria electoral. Pasado a números, en las PASO votó el 74.46 % del padrón y en la general el 83.49 %. Esos guarismos han mostrado en un solo año el piso y el techo histórico. Por caso en 2019 también hubo una variación relevante que superó el 4 %.

Podría decirse que asistir a tener una expresión democrática para definir un intendente, un gobernador o un Presidente, llevó a los mercedinos a movilizarse de modo más masivo desde un agosto a un octubre. Pero también es oportuno observar que en las legislativas las variación entre una y otra convocatoria no fue categórica, sino más bien baja y muy parecía. Tanto en 2013 como en 2017 los porcentuales de participación apenas treparon en poco más de 2 puntos. Estos son datos de elecciones en tiempos normales, no en situaciones como la que actualmente transitamos. Puede que en pandemia haya un comportamiento distinto, sospechado pero no confirmado.

La historia electoral mercedina marca que siempre fueron más de 7 sobre 10 los mercedinos que votaron en las PASO y supera el promedio de 8 en participación general. Hay quienes tratan de buscar algún escenario parecido y echan mano a 2001 cuando el país estaba sumergido en una profunda crisis y la idea del “que se vayan todos” era un slogan que hasta encontraba militantes. En esa oportunidad sin embargo, el nivel de participación fue importante. Un 78 por ciento acudió a las urnas. Aunque en esa elección la masiva concurrencia también dejó un sello bien marcado, pues si sumábamos los votos “nulos” y los votos en blanco estábamos cerca de alcanzar a la fuerza que más votos válidos cosechó. Fue un mensaje fuerte y claro.

Cuando algo no ha sucedido solo se pueden hacer especulaciones y en ese camino se encuentran aciertos y errores. También horrores. A menos de una semana de las PASO cabe preguntarnos a que elección se parecerá más la del domingo. ¿A la de 2001 o a las más recientes con menos votantes pero con un porcentaje más alto de votos positivos? Pronto lo sabremos. Sin dejar de recordar al paso, que el voto es un derecho, pero también una obligación.