Estados Unidos y China se reúnen para debatir los riesgos de la Inteligencia Artificial

Estados Unidos y China se reunirán el martes en Ginebra para debatir sobre la inteligencia artificial (IA) avanzada, según fuentes oficiales estadounidenses, que subrayaron que las políticas de Washington no serán objeto de negociación, aunque en las conversaciones se estudien los riesgos de esta tecnología emergente.

El Gobierno de Joe Biden trató de involucrar a China en una serie de asuntos para reducir la falta de comunicación entre los dos rivales. El secretario de Estado de Estados Unidos Antony Blinken, y el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, abordaron el tema de la IA en abril en Pekín, donde acordaron mantener sus primeras conversaciones bilaterales formales sobre el tema.

El Departamento de Estado presionó a China y Rusia para que igualen las declaraciones estadounidenses de que sólo los humanos y nunca la inteligencia artificial, tomarían decisiones sobre el despliegue de armas nucleares.

«Esta es la primera reunión de este tipo. Por lo tanto, esperamos tener una discusión de toda la gama de riesgos, pero no prejuzgar cualquier específicos en este momento», dijo un alto responsable del Gobierno a los periodistas antes de la reunión cuando se le preguntó si los Estados Unidos daría prioridad a la cuestión de las armas nucleares.

El rápido despliegue de capacidades de IA por parte de China en los sectores civil, militar y de seguridad nacional a menudo socava la seguridad de Estados Unidos y sus aliados, dijo el responsable, añadiendo que las conversaciones permitirían a Washington comunicar directamente sus preocupaciones.

«Para ser muy claros, las conversaciones con Pekín no se centran en promover ninguna forma de colaboración técnica, ni en cooperar en la investigación de frontera en ninguna materia. Y nuestras políticas de protección tecnológica no están sujetas a negociación», añadió el responsable.

Reuters informó que el Gobierno de Biden planea poner barreras a los modelos de IA patentados desarrollados en Estados Unidos que alimentan los populares chatbots como ChatGPT para proteger la tecnología de países como China y Rusia.