Locales
Festividad de Nuestra Señora de las Mercedes
Ante un buen marco de público se conmemoró en Mercedes a la Patrona de la ciudad y entre las diversas actividades se realizó una procesión con su imagen y luego se concelebró la Misa en su honor.-
Ante una Iglesia Catedral colmada, se celebró a las 19 horas la Santa Misa de las Fiestas Patronales de Mercedes, la cual fue precedida por una procesión por las calles de la ciudad.-
Al momento de la homilía pronunciada por el Arzobispo Mons. Agustín Radrizzani, quién ha cumplido 75 años de edad, expresó «¿Qué nos dice hoy esta advocación? Hace presente en el pueblo fiel de Dios el don de la libertad. Libertad del mal, de toda esclavitud, del pecado y toda forma de egoísmo. Hoy son muchas las cadenas que nos oprimen y la presencia de la Virgen llega hasta nosotros para liberarnos, para no ser más esclavos, sino hijos.»
Continuó diciendo Mons. Agustín que Ella, como madre amorosa, ejerce sobre nuestras vidas 3 movimientos, con los cuales nos ayuda a obtener la libertad:
1. Como madre nos atrae con ternura, nos lleva en sus brazos sin juzgarnos, nos anima y nos devuelve la confianza. Con su presencia, caminamos seguros en la vida hasta que llegue el día sin ocaso en el que Dios será todo en todos. Algo que nos da una enorme fuerza es la promesa de Jesús: “Yo estaré con Uds. hasta el fin del mundo”. Y junto a Él está también María. Ellos, Jesús y María nos atraen y nos acompañan.
2. Ella nos transforma. Es tan grande su bondad que cobijados por su amor, no podemos no cambiar y, entonces, hacer crecer en nosotros la paciencia y la misericordia, imitando a la Virgen y su conducta para con los apóstoles. Crece en nosotros la alegría, la ilusión y el buen humor, porque ella está junto a nosotros y lo que antes era angustia, ahora es esperanza. Lo que antes era signo de muerte, ahora es signo de vida. Lo que era oscuridad y noche ahora es un día de sol radiante. Ella está, y es tan atractiva con su presencia que nace dentro nuestro el deseo de imitarla en su humildad y en su caridad.
3. La Virgen nos envía. Así como ella dejó la comodidad de Nazareth para ir a servir a Santa Isabel, así también nos enseña a servir, a amar, a estar atentos al prójimo. De la misma forma que no se quedó llorando la muerte de Jesús, sino que fue a fortalecer a los Apóstoles, también nos invita a dejar nuestros dolores y nuestras cruces para acompañar, escuchar y consolar a los hermanos. María nos contagia el entusiasmo de vivir con Dios y ser misioneros de los alejados. Escuchamos a Jesús que nos dice: “Vayan y hagan discípulos míos a todos”. Ella nos acompaña en este peregrinar hacia los alejados, los pobres, los enfermos y las personas solas.
Por último expresó que «nunca nos cansemos de hablar de ella. La Virgen fue la esperanza de la Iglesia naciente. María fue la gran misionera en estos 20 siglos que nos han precedido y es ahora nuestra compañera de camino en este inicio del siglo XXI, para que todos encuentren en Dios la razón de ser de sus vidas. En Él y en Ella nuestra alegría y nuestra esperanza.»