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JUAN PORTA: “De mi corazón, la mitad está en Mercedes”

Se fue de Argentina hace 5 años, pero hace una década que no vive en Mercedes. Estudió ingeniería en sistemas en la UTN. Reside en Barcelona. Es programador y gestiona proyectos de automatización.

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Un pasillo blanco sin ventanas
A poco de preguntarle por qué decidió dejar el país, Juan nos explica lo siguiente: “siempre hice una metáfora para explicar por qué me vine a España, a Barcelona más concretamente; lo decidí a los 22 años, yo pensaba que mi vida era un pasillo blanco sin ventanas. Veía que me faltaba poco para recibirme de Analista de Sistemas en la UTN, cerca de un año y medio, y la dejé, con la idea de volver a terminarla. En mi especialidad vale más la experiencia laboral que la carrera en sí. Vivía solo, tenía un buen trabajo, tenía muchos problemas resueltos. Quería romper con mi zona de confort, y quizás me pasé al otro extremo. La idea era conocer y experimentar cosas nuevas. Y en principio era por un año, pero bueno, fueron algunos más.
Yo creo que si bien uno puede ser o sentirse feliz, podes ser más feliz aún, si quisieras, así como el que tiene dinero quiere tener más dinero. Quería vivir cosas nuevas, no quería que mi vida se resumiera en lo de siempre, estudiar y el trabajo. Quería vivir cosas distintas-dice.

Mi plan inicial era viajar un año de mochilero, tenía muchas ciudades marcadas a las que quería ir, y la segunda era Barcelona y nunca pasé de acá. Le conté a mis papás y me sacaron cagando (risas) yo les dije que igual lo iba a hacer. Todos me daban opiniones distintas. Amigos me decían: “uh que bueno que ganas de hacerlo”, otros me decían: “qué bueno pero yo nunca lo haría”…

Quería trabajar en una ciudad, de camarero, lo que sea. No quería trabajar en una oficina como programador. Quería hacer otra cosa. Cuando llegué a Barcelona intenté buscar trabajo pero al final terminé consiguiendo trabajo de lo mío. Pero después quise romper con eso y me fui a vivir a Irlanda. A fin de cuentas siempre intento llevarme a un lugar donde no me sienta cómodo. Todas las cosas que he pasado me han demostrado que todo depende de uno mismo, todo lo que quieras proponerte depende de uno. Me costó varias cosas para comprenderlo.

Estuve 6 meses en Irlanda y 1 mes en Escocia. En Irlanda trabajaba limpiando una cocina, para una empresa que es Linked In, la de currículums y eso, y en Escocia trabajé en un hostel, que era limpiar las camas, el hostel, era lo que yo buscaba, trabajos distintos al mío.

A fin de cuentas va a depender de lo que te muevas vos y de los problemas que te aparezcan y las ganas que tengas de superarlo. Yo tuve la suerte de tener ciudadanía y que tengo un trabajo fácil de conseguir. Pero he visto amigos sin papales que han conseguido trabajo a las dos semanas. Otro amigo a la semana tenía casa y trabajo, a pesar del coronavirus. Depende de lo mucho que te muevas.

Uno pensaría que lo primero es ir a buscar trabajo, pero en verdad te conviene salir y hacer actividades, porque conocer gente es lo que más te va a aportar. Yo por ejemplo me anoté en un grupo para aprender a andar en rollers, y conocí muchos catalanes, mucha gente de acá en su momento.

Te va a pasar de extrañar a tu familia o si hay un cumpleaños. Podes tener un buen trabajo pero si no tenés amistades como para decir: “bueno estoy triste porque es el cumple de mi mamá y no puedo estar, pero me voy a tomar una cerveza con ellos o jugar al vóley”, no podes. Los que van a estar ahí son tu nueva familia que es la de acá”- señala.

Programación y gestión
“Ahora estoy acá, en febrero se cumplirán tres años que estoy en Barcelona. Hoy en día gestiono proyectos de automatización. Por ejemplo: Yo soy Amazon y tengo un almacén enorme, entonces contratan a mi empresa en la que trabajo, te venden unas máquinas enormes, hay unas verticales que tienen un montón de bandejas, u otras horizontales que serían como estanterías que se van moviendo y unos pequeños brazos robóticos, y yo lo que hago es ir y ver la vulnerabilidades de su gestión y lo que hago es que optimicen su funcionamiento, que trabajen mejor, que entren más rápido los pedidos, que no pierdan tiempo en meter material.

Cada empresa es distinta en la logística, porque tienen siempre un factor más que es distinto al otro, o una variable o paso más que tiene que hacer porque es necesario. Yo entonces me dedico a verlo. Tenemos nuestro propio software, que es el que venía programando, y cuando volví de Irlanda dejé de programar y me dediqué a la gestión, pero bueno cada tanto programo, y ahora volví a programar porque tenemos que hacer el software en otro lenguaje, estaba en español y ahora hay que hacerlo en inglés” dice.

Acá en Barcelona me siento como en casa ya, por tener tantos amigos y estar hace tanto tiempo, algo que en Irlanda no me pasó, o en otras ciudades por ejemplo que he estado. Sí conocí a Valeria Figueroa, que también la entrevistaste, y hay varios de Mercedes que he cruzado, y la verdad que sí. Vas a algún lado y sabes que hay un mercedino y enseguida lo contacto. Candelaria Barandiarán que viene Londres, otro amigo Mauro Esperanza se ha venido acá.

Lo más normal es compartir departamento con otra gente. Vivo con un señor mayor que tiene 3 habitaciones y dos siempre las alquila porque casi nunca está. Trabaja de guardia de seguridad. Y en la otra habitación va rotando gente, y es casi como vivir solo porque nunca está, eso está bueno.

Para movilizarme al trabajo o para salir a algún lado, en Barcelona están las bicicletas públicas que es muy cómodo y barato, y sino también con los rollers, pero más que nada en bicicleta.
Mi idea es mudarme de Barcelona, porque puedo hacer teletrabajo y trabajar de cualquier lado, tengo varios planes. El plan número uno es adoptar un perro y el segundo es irme a vivir a Italia, viajar por 6 meses tele trabajando o irme a vivir a algún pueblo de España, por el hecho de cambiar.

Barcelona ya cumplió un ciclo, lo que no quita que pueda volver. Tengo varios amigos que viven en pueblos. Y tengo elegido un pueblo en la mente que se llama Calpe, está en Alicante, más al sur, y vive un muy buen amigo ahí. Tengo ganas de ir para allá. Hay varios de mis amigos que se quieren mudar, así que capaz que vamos juntos. Y adaptarnos juntos a un nuevo pueblo. Hasta que nos cansemos o nos casemos vamos a intentar movernos, porque como yo digo: no viajamos para escaparnos de la vida, sino para que la vida no se nos escape”- señala.

Los afectos
“De a poco fui cada vez sumando más amigos. Siempre tenés un grupo con el que te juntas más seguido y ese grupo fue mutando por los distintos momentos, pero tengo la suerte de tener muchos amigos de todos lados, con el enriquecimiento que te da eso, a nivel cultural y todo. Te abre muchísimo la cabeza.

Yo siempre digo lo mismo: el día que me fui de Mercedes, abrí una puerta imposible de cerrar. De mi corazón, la mitad está en Mercedes y la mitad en otro lado. Siempre voy a querer volver allí y el único lugar de Argentina al que volvería, al que nunca voy a renunciar.

En Mercedes, tengo a mi hermano Martín, mi hermana Florencia que vivía en Buenos Aires y ahora se mudó a Mercedes, y mi abuela, mis primos, mis tíos, todos en Mercedes. Yo soy el más pequeño, el que vino a lo último, cuando estaban por cerrar la puerta. El famoso regalito del cielo. Tengo 27 años.

Fui al Colegio San Patricio y la verdad que tengo la suerte de tener el contacto de muchísimos de mis amigos de Argentina. Quizás tengo dos amigos que son con los que más trato tengo, que son: Esteban Heredia y Rodrigo Massón, que con ellos sí mantengo mucho trato, pero bueno, mi equipo con los que jugaba al fútbol.

Gracias al whatsapp y todo esto, es más complicado perder las relaciones, creo yo. Igual soy de los que clava el visto a todo el mundo, de todas maneras me sigo relacionando con todos. Y sé que cuando vuelva a Mercedes, no cambian mucho las cosas”- concluye.

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