Locales
La necesidad de un lazarillo y de una “mirada” solidaria: Patricia busca luz para su oscuridad
Una enfermedad detectada en su adolescencia le provocó una pérdida total de la visión. Patricia Blanco vive en Mercedes y hace más de cuatro años que es ciega. Aprendió a vivir su nuevo mundo. Pero un perro guía podría mejorar ostensiblemente su calidad de vida.
(Por Walter Anido)
Patricia Blanco es una vecina de nuestra ciudad no vidente. Los profesionales de la medicina le diagnosticaron allá por su adolescencia que sufría un glaucoma de ángulo estrecho. Esto significaba que con el correr del tiempo iba a empezar a perder visión hasta quedar totalmente ciega. Lo sabía. Y así fue. “Primero empecé a ver en blanco y negro, después rojo… y después nada”, comenta a Protagonistas en su propia casa de la calle 41. Patricia estudió psicología, vivió algunos años en Mar del Plata pero cuando perdió su visión regresó a su ciudad natal. Hace más de cuatro años que padece esta ceguera. El primer año admite que estuvo totalmente depresiva, “hasta que un día decidí buscar opciones, soy hiperactiva y por eso pedí ayuda… Uno de los que me dio muchos tips fue Patricio Defelippe… En el mundo de los ciegos estamos todos conectados”, nos relata Patricia quien se maneja con suma seguridad en su departamento.
Nuestro cronista se anunció en la mañana del jueves en las puertas de su domicilio que se ubica en una planta alta. Patricia recorrió la escalera una y otra vez, abrió la puerta y se dispuso a charlar. Todo con absoluta seguridad, con independencia. Esa independencia que busca para cada momento de su vida y que hoy expresa no tener. Si bien tiene su bastón se resiste al uso del mismo. La enfermedad que la afectó la empujó a una nueva vida, absolutamente diferente a la que tenía. Tuvo reuniones y clases de movilidad y orientación para desarrollar otros sentidos y descubrir cuestiones entre ruidos y olores. “Yo puedo saber a qué distancia puede estar un auto al escuchar el motor y hasta saber si estoy pasando por una farmacia o por una estación de servicio, pero asimismo vivo en la oscuridad. Yo sé que no voy a poder ver lo que antes veía… Es como cuando se corta la luz de noche y estás totalmente a oscuras tanteando por donde no ves. Así fueron mis primeros tiempos… No sabría responder si es más difícil lo que me sucede a mí que haber tenido ceguera de nacimiento, porque como dije, tengo en claro que los colores y las cosas que alguna vez pude ver sé que no volveré a hacerlo”, agrega. Patricia no se rinde. Tiene sus rutinas diarias, ofrece charlas motivacionales para que toda la sociedad tenga un conocimiento mayor acerca de los ciegos. Como manejarse con ellos. Esta es resumida parte de su historia, que puede servir como una introducción a lo que sigue que es no su reclamo, sino su necesidad y su ferviente deseo.
Perro Guía
La comunidad de Mercedes puede tener algo de claridad de lo que estamos hablando cuando hacemos mención a un perro guía. Precisamente por Patricio y su perra Luna. El joven no vidente que falleció en el mes de marzo último viajó en 2014 a Colombia para conocer y entrenar a una labradora que le fue otorgada por una Fundación Colombiana para el Perro Guía Vishnú del Cyprés. Las imágenes que siguen tienen que ver con las campañas en las que se juntaban tapitas por Patricio y su andar por las calles de Mercedes una vez que estaba con Luna. Hubo una comunidad solidaria dispuesta a que este joven pudiese costear los gastos de estadía fuera del país. Es de imaginar que todos aquellos que aportaron su granito de arena habrán sentido satisfacción plena cuando pudieron observar como Patricio había ganado en independencia. Había mejorado notablemente su calidad de vida. “El contar con un perro lazarillo a Patricio le otorga otro sueño: la libertad para desplazarse sin depender de otros”, podía leerse en los medios por aquellos días. “Ahora tengo que seguir trabajando hasta el punto tal que el perro se acostumbra a todo lo que haces vos. A eso se le llama acoplamiento y tarda entre seis meses y un año. En ese momento se logra un lenguaje corporal con el perro”, explicaba Patricio cuando había regresado a la Argentina donde no existía un centro de adiestramiento para este tipo de animales. Ahora hay una situación similar. Patricia Blanco necesita buena parte de aquella solidaridad ya demostrada. Porque no existen programas ni contemplaciones en materia de salud pública que otorguen este beneficio a una persona ciega o con disminución visual severa.
Félix la espera
“Tengo que pedir ayuda para ir a hacer compras, para salir al supermercado, para ir a la farmacia. Tengo que pagarle a alguien para que me acompañe y sinceramente es un presupuesto que no estoy en condiciones de asumir”, cuenta a Protagonistas Patricia. Necesita de un perro guía y a diferencia de aquellos tiempos de Patricio Defelippe, existe en nuestro país una escuela de perros guía la que se encuentra en el distrito del conurbano sur de Quilmes. Se inauguró hace algunos años y entrena entre 5 y 10 perros por años para personas ciegas. Allí estuvo Patricia Blanco. Tomó contacto con el director de la misma que se llama Carlos para empezar a pensar en ese compañero que le aporte una mejor movilidad, una independencia que está necesitando. Comenzó a trabajar con Félix, un labrador negro que cariñosamente ella define como el “morocho”. Nos explica que los perros guías son entrenados desde que se encuentran en el vientre de sus madres y luego son preparados a medida de quien será su dueño. El lazarillo se entrena de acuerdo a la estatura o contextura física que tiene la persona a la que guiará. “No es simplemente como algunos creen que quiero comprar una mascota. En la escuela trabajan equipos de entrenadores, de veterinarios. Hay un entrenamiento y una preparación muy profesional”, agrega.
Nos cuenta algunos detalles que desconocemos. Los perros tienen una vida útil como guías y cumplido ese plazo es como que se jubilan, oportunidad en que sus dueños tienen la opción de devolverlo a la escuela o bien quedárselos como mascotas. No es demasiado difícil pensar que la mayoría de ellos se quedan en el mismo lugar donde vivieron todo ese tiempo. El costo de estos animales es alto para el presupuesto de la mayoría de nosotros. Su valor supera los 10 mil dólares. Patricia está lejos de esa suma de dinero. Pero quiere intentar llegar a ese objetivo, a esa necesidad imperiosa. “A veces veo que los gobiernos sacan programas donde otorgan beneficios y facilidades para comprar un cero kilómetro o para viajes de placer… yo no tengo demasiadas opciones”, agrega. Realizó algunas gestiones, habló con algunas personas, pero aún no tuvo novedades y espera tenerlas. Publicó en Facebook su historia y su intención de poder tener cerca a “Félix”. Abrió una caja de ahorros en Banco Provincia y hasta elaboró un bono contribución de 200 pesos para un sorteo de Navidad. Todo a pulmón. Se esperanza y tiene motivos para hacerlo. Porque con la entrega de un 30 % de ese valor es posible que pueda tenerlo antes de fin de año. Todo dependerá de cuan decidida esté la comunidad es sumarse a esta cruzada.
La charla se va apagando y hay un lapso de silencio. Tal vez cronista y entrevistada estén pensando en cómo llegar al objetivo. Puede que ambos estén imaginando caminos diferentes para llegar al mismo lugar. Patricia siente que hay motivos para esperanzarse. Desde esta redacción coincidimos en esa “mirada”. La vida suele dar duros golpes pero también plantear desafíos de superación. Patricia Blanco, como oportunamente lo fue Patricio Defelippe son un ejemplo claro de ello. Se me ocurre pensar que ahora el desafío es más amplio. Es para una comunidad a la que se le presenta una ocasión inmejorable para ayudar, para tender una mano. En tiempos de pandemia, en todos estos meses, alguna enseñanza nos tiene que haber quedado respecto de estas situaciones. La foto que acompaña la nota puede que sea la imagen que muchos queremos ver y que Patricia no podrá hacerlo. Sin embargo esa compañía significará para ella libertad, independencia, mejor calidad de vida. Y cuando pueda caminar con Félix por las calles de nuestra ciudad es posible que podamos experimentar esas sensaciones parecidas que teníamos con Patricio y con Luna. En un mundo donde suele imponerse el individualismo sobre lo colectivo, en un mundo jaqueado por un virus donde se comprendió que entre todos se pudieron superar adversidades, Mercedes tiene una chance inmejorable para no desaprovechar. Como medio de comunicación Protagonistas no hace más que relatar una historia, poner la pelota en juego sin tener demasiado en claro en que terreno de juego lo está haciendo pero con la certeza que existen personas y organizaciones que pueden hacer mucho más que nosotros. El artículo pretende ser el comienzo, el primer paso. Un paso más de los muchos que se deben dar.
Patricia Blanco
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Teléfono Fijo: 496496
Caja de ahorros Banco Provincia: 540995/0 (Sucursal 4200)