Locales
Las internas del día Después
Por Walter Anido (Especial para La Verdad Mercedes)
Las alianzas o frentes electorales no son empresas, sino armados de espacios políticos que en ocasiones comparten proyectos, modelos, objetivos o enemigos en común. Las leyes electorales argentinas permiten que cuando esos acuerdos políticos no logran confluir en listas comunes, hay una instancia llamada Primarias que permite poner a consideración de un electorado general, como debería integrarse la sociedad y en qué lugares debe ponerse cada uno. Dicho en términos más entendibles, arreglar lo que ellos mismos no pudieron solucionar. Sin dudas que es parte del reglamento de la democracia.
Pero como en las empresas, utilizando un ejemplo gráfico por cierto, el comicio dejará al descubierto cual es el paquete accionario o como se compone el mismo. En el mundo empresarial suele tener el mando aquel que consigue quedarse con más del 50 por ciento de las acciones. Sucede que el que manda toma las decisiones importantes o al menos tiene las riendas del manejo de ese emprendimiento. Por supuesto que sobran ejemplos de las buenas convivencias, pero también hay de las otras.
El frente o alianza Juntos, ha decidido en esta oportunidad, medir fuerzas en territorio bonaerense. De allí que en la provincia existan dos propuestas bien diferenciadas: el radicalismo por un lado y el PRO por otro. Cada uno con sus aliados. Esta lógica se trasladó también a muchos distritos de la provincia de Buenos Aires donde la oferta se hace más amplia. Por ejemplo en Mercedes, un distrito con un padrón que supera los 50 mil electores, hay tres listas que competirán en esa interna. La primaria dejará bien en claro cómo se compone el paquete accionario de Juntos, quien tiene más peso electoral, es decir más acciones dentro de la composición de esa alianza.
Está claro que las reglas se establecieron por anticipado y según el porcentaje de votos que cada uno obtenga permitirá un resultado final sin mayores discusiones. La performance que puedan alcanzar los diferentes sectores dejará en claro el mapa del principal sector de la oposición. Un comicio parejo, sin mayores diferencias, les permitirá encarar el futuro en un marco de equilibrio. Pero una distancia que erija a un claro vencedor con un rotundo derrotado, puede mellar las relaciones de modo insospechado.
Está claro que cuando se arman listas se producen lógicos tironeos y descontentos, pues cada uno entiende que son sus razones las que deben primar y no la de los otros. El guarismo de la PASO le permitirá decir a unos que eran ellos los acertados y no los otros los que estaban en lo correcto. Una exposición peligrosa para enfrentar lo que sigue. Hay máximas en el terreno de la vida política que suenan muy tentadoras, como aquella que se le atribuye al General Juan Domingo Perón y que decía, “el que gana conduce, el que pierde acompaña”. De ahí a llevarla a la práctica hay una distancia importante. Sino sucede de esa manera no deberá sorprender, puesto que no será el primer caso ni mucho menos el último.
La puja sobra las ubicaciones en cada uno de los armados ha dejado en claro que los primeros acuerdos en el arranque de la campaña no fueron posibles. Por cuanto es oportuno plantearse de cara al futuro si esos mismos sectores que libraron la decisión de ese armado al arbitrio de un jurado popular, están dispuestos a aceptar el resultado como finalmente ocurra. Juntos tiene en claro cuál es su rival político en el espectro total, pero también es consciente que una pulseada intestina siempre deja heridas para considerar. No debe asustar a nadie afrontar una elección interna, después de todo es parte de la vida democrática de las fuerzas políticas, pero deben entenderse todas las variables y escenarios posibles para que ese trámite no termine ocasionando más problemas que soluciones, que como hemos dicho antes, en principio no pudieron encontrarse para confluir en una lista común.