Un proyecto que nació hace 20 años: Establecimiento educativo en peligro sin subvención ni asistencia estatal

Por Walter Anido

Hace alrededor de 20 años, se cumplirán en octubre próximo, nacía un Jardín Maternal cuyo nombre iba a ser Espacios de Amor. Una docente de importante trayectoria en el sector, Silvia Secco, era la propietaria del mismo. No eran tiempos fáciles para la Argentina, pero no fue un inconveniente para comenzar un camino de crecimiento. El paso de los años fue moldeando un proyecto educativo que en la actualidad presenta todos los niveles: maternal – inicial, primario y secundario que en 2021 podría ver el egreso de su primera promoción. El Colegio San Luis Gonzaga es parte de este emprendimiento. Comenzó funcionando en un edificio de calle 14 y al cabo de unos años consiguió tener su propio edificio en la calle 11 que fue inaugurado en 2015 con la presencia de autoridades municipales y educativas. Entre los presentes se encontraba quien estaba al frente de la DIEPREGEP, Alberto Teijeiro. Tal vez una buena señal pensando en la posibilidad de una subvención estatal que nunca llegó a pesar de las gestiones que se extendieron por meses y años. Por cierto no fue este un inconveniente para que siguiera escribiendo su propia historia hasta la actualidad. Tampoco por entonces a nadie se le ocurría pensar en una situación de pandemia como la que estamos viviendo y esta realidad ha causado serios problemas en la institución. Como dato no menos importante podemos decir que en la actualidad todos los niveles de este proyecto tiene alrededor de 460 alumnos (una cantidad importante becados en el porcentaje de la cuota) y unos 65 empleados entre docentes, porteros y personal administrativo. ¿Si corre peligro su continuidad? Es difícil de predecirlo, aunque si analizamos lo que acontece no puede descartarse de ninguna manera.

Silvia Secco, quien hace las veces de propietaria, directora, representante legal y hasta maestra suplente cuando es necesario, destaca que es el único establecimiento privado de la ciudad que no recibe ningún tipo de subvención estatal. “Todos los años la pido… en lo que puedan, en cualquier nivel”, expresa a Protagonistas casi como un pedido de auxilio. La cantidad de empleados que comentamos conforma una masa salarial relevante que por cierto no ha sido interrumpida a pesar de las circunstancias. Pero ya aparecieron problemas para afrontar aportes y cargas sociales del IPS o AFIP. Tampoco califica como para recibir los ATP, aportes del estado para el Trabajo y la Producción que recibieron centenares de empresas como una ayuda para afrontar con menos dificultades las remuneraciones de sus empleados. Sucede que el establecimiento aumentó su matrícula para el presente ciclo lectivo y además la cuota se ha incrementado producto de los niveles inflacionarios. De allí que los niveles de facturación que fueron analizados muestran que los ingresos no cayeron, pero las variables en apariencia no fueron ponderadas de manera correcta. Las gestiones ante la cartera de Producción fue realizada, incluso pasaron los CBU de todos los empleados y otros aspectos contables. Pero no hubo novedades. Marzo y abril transcurrió sin sobresaltos. Pero mayo empezó a encender las alarmas, especialmente en niveles como el maternal. “Muchos padres empezaron a trabajar y entonces tuvieron que empezar a pagar personas para poner al cuidado de sus hijos”, destacan desde el establecimiento. Allí empezó a producirse una pérdida de matrícula. “Jamás en todo este tiempo pase por una situación así, siempre cumplí con todas las obligaciones en tiempo y forma. No sé lo que es pagar intereses, por eso esta situación me desespera”, dice Silvia Secco a este semanario. Y ahora comienza el mes de junio, donde además de los salarios habituales debe abonarse la primera cuota del sueldo anual complementario conocido como aguinaldo. Una complicación extra para la economía del establecimiento. “Quisiera que me escuchen… nunca acudimos a los medios para plantear los problemas que teníamos ni tampoco lo hacemos ahora, solo contamos lo que nos está pasando”, dice la propietaria del colegio. El panorama como puede observarse es verdaderamente complicado y si no hay señales que permitan pensar en algún “salvoconducto” se pone en riesgo una establecimiento educativo al que concurre casi medio millar de alumnos de nuestra ciudad además de la fuente de trabajo de una cantidad de trabajadores como poca empresas tienen en Mercedes.