A un año de la explosión de Sigma las respuestas de fondo siguen ausentes

La empresa SIGMA AGRO S.A. se dedicaba a la elaboración de insumos químicos para el agro. Lo que en palabras de la empresa son “fungicidas”, “herbicidas”, “coadyuvantes”, “insecticidas”, son también tóxicos que contaminan los suelos, el aire y el agua, además de afectar la salud de las personas.

La Asamblea Mercedina por la Agroecologia, sigue de cerca las novedades sobre el tema y comentan: «Miles de litros de agrotóxicos se diseminaron por tierra, agua y aire, producto de una explosión al día de hoy no esclarecida, y que además de los daños ambientales y sociales, se llevó la vida de Rubén Ponce. La empresa no contaba con el correspondiente Certificado de Aptitud Ambiental, ni con el Seguro Ambiental Obligatorio para esta clase de “accidentes. El lugar donde estaba ubicada la planta de SIGMA AGRO S.A. continúa contaminando y afectando la salud de los pobladores.»

Además sostienen que «la explosión de la planta de SIGMA debería haber sido un punto de inflexión en la orientación del plan de desarrollo que asume nuestra ciudad, expulsando de Mercedes a una empresa que demuestra que su único interés es la ganancia a cualquier costo, y alentando emprendimientos y rubros sustentables con responsabilidad social. Paradójicamente, en el marco de una pandemia cuyos orígenes advierten sobre la imposibilidad de continuar con un modelo productivista y contaminante, la empresa seguirá operando en el Parque Industrial de nuestra ciudad. Parece que aquí, el que se quema con leche, ve una vaca y sonríe.»