Locales
ESTEBAN “CHEVI” ZUNINO: “Le hablo a todo el mundo de Mercedes, de sus fiestas, es una ciudad que amo”.
MERCEDINOS POR EL MUNDO POR FERNANDO PACHIANI
Son las cinco y media de la tarde. Hace mucho calor. Arriba de 40 grados como todos los veranos en Dubai. Se soporta porque el cuerpo se va acostumbrando de a poco; pareciera que cada año hiciera menos calor porque uno se va acostumbrando, se camina por la sombra, hay aires acondicionados en todos lados, entonces la ciudad está preparada, pero cuando tenés que caminar y cruzar la calle no hay nada que te proteja.
Hace cinco años que por razones de trabajo se radicó en Dubai. Es tripulante de cabina comúnmente conocido como azafato. Trabaja para la empresa Emirates que es bastante conocida como Fly Emirates y básicamente lo que hace es asistir a los pasajeros de un punto a otro punto y brindarles el servicio que tenga la aerolínea, siendo la prioridad la seguridad de los pasajeros y de la tripulación
“La empresa para la que trabajo tiene un muy buen servicio así que la gente cada vez que viaja va con muchas expectativas y está muy bueno ver la cara de emoción y cuando suben al avión no lo pueden creer más que tiene un viaje de turismo y disfrute y es muy lindo poder acompañarlos con la mejor cara y hay mucha gente que no sabe cómo funcionan las cosas o cómo pedir y está muy bueno sentirse útil” cuenta Esteban.
El comienzo
“En realidad yo estaba estudiando en la Universidad Nacional de Luján una carrera vinculada con la formación ambiental pero no me veía en el futuro trabajando en eso y entonces buscando un poco qué hacer y para dónde poder disparar empecé a hacer un curso de tripulante de cabina en Buenos Aires o sea de azafato y mi madre me vio muy entusiasmado y me comentó que la empresa Emirates estaba concediendo entrevistas, así que me preparé, fui un poco para ver qué pasaba y así fue que iba pasando etapas de entrevistas y me empecé a hacer la idea de tener un trabajo en el exterior y de poder venirme a vivir a Dubai y eso me llenó de emoción y así resultó, pero la verdad fue mi madre la que me dio el envión inicial: “porque no probás, me dijo y acá estoy”.
La empresa cuando nos contrata provee de acomodación de casas o departamentos que depende del edificio y la ubicación donde estés, en ese sentido podés vivir con una o dos personas más. En nuestro caso somos tres, vivo con un chico mexicano y otro amigo argentino de Mendoza siempre compartiendo pero en el día a día siempre hay uno que está afuera o por planes personales o por viajes o sea que son muy pocas las veces que estamos los tres en el mismo día.
Cuando entré a la empresa la primera vez que me llevaron a mi casa vivía con un chico egipcio que nos hicimos amigos, muy buena gente, compartimos un montón, de hecho viajó conmigo a la Argentina y conoció a mi familia y amigos de Mercedes, pero los compañeros de aquí, de Emiratos o sea los emiratís, no he tenido tanto vínculo porque no nos movemos dentro del mismo círculo y solo estás en contacto con ellos cuando vas a alguna oficina o tenés que hacer un trámite.”
Pasión por volar
“La verdad que cuando uno más viaja se da cuenta que hay más lugares por conocer y te das cuenta de lo poco que uno conoce. Es medio paradójico pero cada país, cada ciudad, cada lugar tiene un millón de cosas atrás que uno cuando va a una ciudad dice qué interesante la comida y uno prueba uno o dos platos y ya la comida tiene un montón de variantes; lo mismo con los lugares, los alrededores, la música, cada lugar tiene como su cosita interesante o distinta que a uno le llena de intriga.
Uno va a Francia, va a París, me encanta de París la Torre Eiffel, la creme brulee, la baguette, y hay un montón de lugares que se pierden quizás en un pueblito afuera de Francia y es como que las ganas de conocer y eso me produce una ganas inmensas de seguir volando y decir bueno quiero conocer todo pero a la vez es imposible porque no se puede todo pero es muy interesante, cada cosa de cada lugar es increíble”.
No es lo mismo volar a India que está a tres horas de aquí que a EEUU o a Australia o a Asia, entonces eso también depende, pero volamos alrededor de cien horas aproximadamente por mes.
En los vuelos más cercanos que vas y volvés como son tan cortos te da el físico y el descanso tan necesario para operar un vuelo de tres o cuatro horas y después volverte en un vuelo de cuatro horas.
Los aviones en los que trabajo son gigantes, uno es el famoso A380 que es de dos pisos que todo el mundo quiere ver, subirse y ver las escaleras, las pantallas, los asientos, las cocinas, es el avión comercial más grande del mundo con una capacidad de 540 pasajeros”.
Mercedes presente por el mundo
“Estudié en el Colegio San Antonio de Padua; con mis tres hermanas fuimos a ese colegio; siempre estuve con compañeros y amigos del colegio que somos un grupo lindo, muy unido, siempre nos juntamos, incluso para jugar al fútbol aunque yo nunca lo jugué pero siempre iba igual porque lo pasábamos muy bien.
Aprovecho a mandarle un saludo a los profesores como Sergio Denápole. También iba a la Parroquia San José y me hice de un grupo lindo de gente y después hice teatro; tengo los mejores recuerdos de mi ciudad y miro hacia atrás con cariño por todo lo que hice y cuando vuelvo a pasar por una esquina digo en esta esquina pasó esto o este es el camino que yo agarraba en la bicicleta para ir al colegio o sea que cada vez que vuelvo a Mercedes me siento como que pertenezco”.
Quiero contarte una anécdota dice Esteban: “El año pasado terminé yendo a Australia, era un día muy nublado y frío en Melbourne y me pregunté qué hago. A mí me encantan las plazas pero estaba lluvioso y ventoso y dije voy a recorrer la calle. Ir a algún negocio a ver si me puedo comprar algo y entro de casualidad a una farmacia y no sé porqué entré como si tuviera que comprar algo ahí, y escucho a dos personas hablar en español y dije me voy a acercar a ver qué dicen porque de paso estaba muy aburrido y tenían el acento de la tonada argentina y digo estos son rioplatense, de algún lado serán, y los escucho detrás de la góndola y la voz de este tipo digo: ¿quién será?; doy la vuelta alrededor y era un mercedino que había venido con su mujer que estaban visitando a una de sus hijas y digo yo a usted lo conozco y el tipo se quedó como “flasheado” así que me encontré con un mercedino en el otro lado del mundo literal en una farmacia, increíble, es una anécdota de “mercedinos por el mundo”. Estamos en todos lados.
Muchísimos amigos vinieron acá, soy un bendecido y agradecido a la vida. De compañeros del colegio vinieron siete amigos entre ellos Luisina Zunino que ahora vive en Estados Unidos. Vinieron mis hermanas, mi mamá. También con otros amigos cuando tenía días libres me encontré con ellos en Europa pero a Dubai vinieron muchísimos; el “Tuno”, el “Colo”, Santi Picone, Ema, Gaspar, Luisina, Juan, Pía, un montonazo. Me falta traerlo al viejo” – confiesa.
La vida en Dubai
“Acá en Dubai en el supermercado se consigue todo; carne, pollo, verdura, y tenés mucha variedad porque es una ciudad con tantos habitantes del mundo entonces tenés mucha influencia de la cocina india, muchos restoranes indios, pasquitanís, muchos lugares de comida asiática, hay que otra parrilla argentina, no consigo mucha yerba y dulce de leche pero si busco consigo, sobretodo hay en un mercado libanés donde se ve que también toman mate, y ahí hay paquetitos de yerba de un cuarto y con eso de última vas zafando. Por ahí alguien importa pero no es que vas al súper y encontrás fácilmente tal o cual marca, hay que buscarla”.
¿Coincidiste cuando Diego Maradona vivía allí?
“Sí, coincidimos un tiempo pero Maradona vivía en un hotel un poquito más lejano que es una palmera artificial que hicieron hace unos cuantos años que es un hotel sumamente lujoso y lindo; él vivía ahí, alejado del centro. Se llama Palm Jumeirah, tiene jardín, playa privada, seis baños y hasta cine privado y se ve que estaba muy cómodo y no salía mucho porque nunca tuve la suerte o el agrado de cruzármelo.
¿De todos los destinos que visitas te traes algún souvenir?
“Al principio de cada lugar me traía un souvenir pero después me cansé; cuando fui a Mercedes le llevé a mamá en una bolsa todos los imanes que había juntado porque no los aguantaba más.
Fue muy lindo recordar a mi ciudad que la amo y la llevo a todos lados y me encanta la ciudad y mandarle un saludo a todos mis amigos, a mis profes, a los que me bancan siempre, a Osvaldo, Amanda, a mis tíos, a mis primos”- concluye Esteban, conocido como “Chevi” que según recuerda, ante la imposibilidad de apocopar su nombre, sus compañeros de la escuela primaria, entre ellos Santiago, empezaron a decirle “Chevi”.
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