A un mes de la masacre, fuerte reclamo de Justicia en San Miguel del Monte

Familiares y amigos de los jóvenes que murieron luego de una feroz persecución policial en San Miguel del Monte marcharon ayer por el centro de esa ciudad para reclamar justicia por el hecho.

La movilización se inició en la esquina en la que los cinco amigos solían reunirse habitualmente, y se dirigió hacia la plaza principal de San Miguel del Monte, frente a la municipalidad, donde se armó un escenario.

Las familias de las víctimas se encolumnaron detrás de una bandera banca con la inscripción «Que no se quede mi pueblo dormido» junto a los nombres de las víctimas.

Gladys, la madre de Danilo, uno de los chicos muertos, declaró durante la movilización que «la convocatoria «es un grito pidiendo por favor que se haga justicia, y es un llamado de atención para todas las personas que se ocupan de hacer justicia».

«Estamos en pie pidiendo justicia por nuestros hijos, porque si hoy no tuviera la fuerza para pedir justicia no estaría viva, me hubiera ido con él», aseguró.

Luego de que hablaran los familiares de las víctimas, tomó la palabra el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, quien dijo que «las policías deben ser fuerzas de prevención y seguridad social, no pueden estar para atacar al pueblo, no puede ser así en democracia».

«La vida de los chicos no la vamos a recuperar, pero sí están presentes, ahora y siempre. Y nosotros tenemos que estar juntos para que no le sigan robando la vida y la esperanza a nuestros chicos», concluyó Pérez Esquivel, presidente de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM).

El acto en la plaza, ahora bautizada como «Los chicos de Monte», culminó con un festival musical en el que abundó el estilo freestyle, tal como les gustaba practicar a los jóvenes que murieron tras la persecución.

El caso
El hecho ocurrió el 20 de mayo pasado, cuando los cinco jóvenes iban a bordo de un Fiat Spazio cuando comenzaron a ser perseguidos por la policía, a los tiros, hasta que el vehículo chocó contra el acoplado de un camión estacionado en la ruta 3.

Las autopsias revelaron luego que si bien cuatro de los cinco murieron a raíz de las lesiones producidas por el impacto, uno de los fallecidos también presentaba una herida de bala en un glúteo.

Lo ocurrido derivó en un descabezamiento de la cúpula policial local y en una serie de marchas de familiares, amigos y vecinos de las víctimas, apoyados por distintas organizaciones sociales y políticas, que denunciaron que se trató de un caso de «gatillo fácil».