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HORACIO “COTO” GARCÍA: “Extraño esa niñez con tantas libertades”

Vive en Escobar hace más de 25 años. A pesar de estar cerca, extraña mucho a Mercedes en el día a día. Estudió ingeniería en la Universidad de Morón, pero se dedica al asesoramiento en seguros para empresas. Está casado con Patricia Nieto, tienen 5 hijos.
Nos habla de sus años en Mercedes, su trabajo, la familia y sus hobbys como el fútbol y los viajes en moto.

Publicado

MERCEDINOS POR EL MUNDO POR FERNANDO PACHIANI

Recuerdos de Mercedes
“Yo fui a la escuela 2 en turno mañana, pero ya a la una de la tarde estaba con Manuelito Uncal, mi amigo inseparable de aquella época- empieza a relatar. Me pasaba a buscar y salíamos con la bicicleta a distintos lados, teníamos amigos en el Instituto Unzué, por ejemplo.

La verdad que uno que ha tenido la oportunidad de haber vivido esa época, era una participación del estado muy activa y se lograba compartir con la sociedad, pero bueno las cosas han ido cambiando y los sociólogos han ido hacia otro lado- opina con relación que había con los chicos del Instituto.

Todo eso me recuerda mucho a la infancia, el recorrer, el andar sin ningún tipo de peligro, eso era lo increíble. Yo nací en la 30 entre 41 y 43. Pero andábamos por todos lados. Inclusive en la calle 28, frente a la casa de los Uncal, jugábamos al futbol en la calle, al igual que en la 26 y 39, contra unos portones gigantes. No pasaban autos- dice.

Esa libertad que uno tenía de andar de un lado para otro, sin peligro, es lo que más extraño de aquella época. Jugábamos a la “manzanola” (risas) y a los autitos por los cordones dando la vuelta a la manzana, como si fuera un Gran Premio realmente.

La secundaria la hice en el Colegio Nacional, hermosa época. Muchos compañeros amigos, con Osvaldito Príncipi, compañero con el cual seguimos viéndonos y de hecho nos visitamos mucho.

Cuando terminé la secundaria, me fui a estudiar Ingeniería en la Universidad de Morón, me recibí en el año 84 pero ya me había ido a vivir a Escobar y a Mercedes sólo iba los fines de semana.

En realidad, ejercí muy poco tiempo como ingeniero. Luego tuve también por muy poco tiempo, una pequeña empresa de mantenimiento a bancos e instituciones y después empecé con un tema más comercial y dentro de esa rama empecé a ser contratos por instituciones bancarias y compañías de seguros y todo eso me fue alejando un poco de la profesión. Por supuesto aplicando toda la metodología que uno aprendió, pero no ejercí más”-dice.

“Coto”, yo te conozco.
El apodo “Coto” viene del Club Progreso donde yo jugué al fútbol, tenía 13 o 14 años y un chico llamado Jaime me llamaba “Coto” y después me decían así Albanese, Petroni, gente del club y bueno se generalizó. Y es un sobrenombre que a su vez, a diferencia de otros, que de pronto ese sobrenombre te queda en la ciudad donde vos naciste, a mí en cambio me siguieron llamando así. Eduardo Paoleta, alias “Muni”, un amigo de Mercedes, me siguió diciendo “Coto” acá en Escobar y hoy en día, voy al Club Náutico y me dicen “Coto” y hay gente que no me conoce más que por “Coto”. Y ya no me sale ni mi nombre (risas).

Más de uno se creyó que, en realidad, era mi apellido – dice. Me pasó hace no mucho jugando al fútbol que todos me decían “Coto” de acá, “Coto” de allá y yo estaba marcando a un delantero y el que tenía la pelota me dice: “¿qué tal, cómo anda todo, cómo andan los supermercados? y le digo: “nooo (risas) es mi sobrenombre”, pero más de uno piensa que es mi apellido”.

Escobar
“Me radiqué en Escobar por el tema de viajar a capital. Mercedes me resultaba lejos para ir y venir todos los días. Y Escobar está a 50 km. Vivíamos en un country sobre la Panamericana, tenía un rápido acceso para ir a mi trabajo todos los días y bueno me gustó, y casualmente Eduardo (Paoleta) y Mary venían acá a Escobar y ellos me empujaron un poco y así nos radicamos acá.

Mi señora es Patricia Nieto, también de Mercedes, a quien conocí en el casamiento de su hermana Mariana. Y bueno ahí la conocí, en el año 82 y el primer día que la invito a salir fue el 2 de abril de 1982, no puedo olvidarme porque ese día se decretaba la Guerra de Malvinas. Fuimos a Gastón en 24 y 29 arriba del Colegio de Abogados, tipo 7, 7.30 de la tarde. Nos costó mucho tomar consciencia de que estábamos en Guerra. Yo soy de la clase 56´ que no hizo el servicio militar, estábamos exceptuados, pero tenía muchachos amigos más chicos y más grandes que estaban siendo citados. Estábamos en reserva, por las dudas, porque no habíamos hecho la instrucción- recuerda.

Patricia es una compañera inseparable, batalladora conmigo y bueno seguimos juntos trabajamos juntos, empujando juntos. Tenemos 5 hijos. La más chica tiene 23 años, y trabaja con nosotros y después todos trabajan en distintos lados: uno en Escobar, otro en Tigre, otro en Lima, Perú, se puso de novio y se quedó allá. Los dos más grandes nacieron en Mercedes.

Ahora sigo trabajando, asesorando empresas, tenemos oficinas. Estoy dedicado especialmente al tema del seguro. La verdad no he pensado en el retiro. Eso es lo que tiene el autónomo, que uno puede ir regulando los tiempos. Ahora vengo más tarde, salgo a caminar, haciendo otro tipo de actividad, teniendo determinados clientes, un poquito más relajado digamos”.

El fútbol
“Nunca jugué en primera división – dice, jugué en quinta, después en tercera y luego empecé a estudiar, viajaba a Morón y los sábados a la tarde tenía clase y fue cada vez más complicado, trabajar, estudiar y algún compromiso ya más serio, hacía imposible seguir con el fútbol.

Me encantaba el fútbol – confiesa. Hoy por hoy sigo jugando. Jugamos en la Liga Intercountry de fútbol en la categoría máxima, hoy ya tengo 64 años. Entrenamos dos veces por semana más el partido del fin de semana. Aparte lo lindo de eso es que la categoría es arriba de 58 años, vos jugás y te divertís porque somos todos parejos, porque de repente si jugás con una persona de 30 o 40 no te divertís, la persona se divierte con vos. Esto es parejo, jugamos en dos categorías A y B, así que es un campeonato muy lindo.

Los viajes en moto
Además del fútbol, otro de los hobbys de Horacio son los viajes en motocicleta: “Soy de salir a hacer viajes más vale largos: el recorrido de la ruta 40; a San Juan, a Salta, he ido hasta Florianópolis en moto. He ido siempre en grupo de 3 o 4 motos, a veces sólo y otras veces con Patricia, en febrero del año pasado hicimos Talampaya y de ahí cruzamos a Chile, de ahí a La Serena, a Santiago de Chile, y volver por Uspallata, como 6 mil y pico de kilómetros, los dos solos, en una sola moto. Ya lo disfruto desde que tengo el viaje en mente. Como proyecto tengo pensado irme hasta Ushuaia y después ir por ruta 3 y volver por la ruta 40 parando por el Calafate, Perito Moreno, Esquel, hacer toda la ruta 40, son 7300 km más o menos”.

La pérdida de un amigo
Si hay algo que recuerda de esa libertad de la que habla es una anécdota junto a su amigo Manuel Uncal: nos escapamos con Manuel en bicicleta, cruzamos el río y nos escapamos hasta la entrada de la Estancia San Jacinto a visitar a un amigo de la Escuela 2 que el papá era el casero. Esa anécdota es imborrable- dice emocionado.

¿Cómo te pegó la muerte de Manuel?
“Durísimo. Fue tremendo, porque tuvimos una infancia juntos. Éramos muy amigos, muy de andar un lado al otro, en el secundario un poquito nos separamos pero igual nos seguíamos viendo. Y de pronto me movilizó mucho que haya fallecido él, porque era como que la muerte existía. Yo no había tenido ni un pariente ni nada que muriera, porque cuando nací ya no tenía abuelos ni maternos ni paternos; no tuve esa desgracia de la muerte cerca. Entonces cuando de pronto Manuel enfermó creí que iba a salir adelante y de un día para el otro, no estuvo más con nosotros; fue una cosa tremenda. Aparte muy chico… me dolió muchísimo, de hecho es una de las cosas que siempre tengo presente” – recuerda.

Más allá de esto, estoy completamente feliz, la verdad que tengo un patrimonio hermoso que es mi familia, mi señora, mis hijos, mis sobrinos, soy feliz, tenemos planes, proyectos, estamos bien; de pronto también grandes ausencias: padres, hermana, que por cosas de la vida se han ido. Pero muy contento con lo que tenemos y con las pequeñas cosas de las que disfrutamos”- concluye.

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