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MIGUEL ANGEL LARRIBAU: “Cuando puedo siempre hago una escapada a Mercedes, recorro el barrio y paso por el colegio”

MERCEDINOS POR EL MUNDO POR FERNANDO PACHIANI

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Miguel Ángel es médico cardiólogo, especialista en hemodinamia que hace 25 años está radicado en la provincia de Mendoza, a la cual considera junto a Córdoba un polo de desarrollo de la medicina especializada de la cardiología muy importante fuera de lo que es Buenos Aires. Casado, con dos hijos, hoy nos cuenta sobre su vida en Mercedes, sus estudios y sus trabajos en cardiología.

Su infancia en Mercedes
“Yo fui al Colegio Parroquial desde la primaria y tengo realmente los mejores recuerdos del colegio sobre todo porque me tocó vivir la época de cambio de domicilio de la escuela. Cuando nosotros comenzamos la escuela primaria se hacía repartida en dos casas: una sobre la Av. 29 y 22, donde estaba el Club Ateneo de la Juventud, en la avenida frente a la iglesia y había otra casa que era para primero, segundo y tercer grado que estaba en la misma manzana del Automóvil Club sobre Av. 29 entre 14 y 16. En cuarto grado nos mudamos todos a las instalaciones que aún tiene la escuela o sea al Seminario en la calle 15 y 114.

En general íbamos al colegio en colectivos que manejaban los señores Gargano y Reyna a quienes recuerdo con mucho cariño. Algunos de mis compañeros eran Guillermo Domínguez, Eduardo Ferreira, Adriana Molina, Liliana Carracedo, Teresita Pardini. También hace poco tiempo he contactado otro amigo pero que iba un año antes que es Eugenio Pellegrini. Así que cada vez que voy a Mercedes puedo conectarme con alguno de ellos. Tengo un amigo entrañable que es Juan Antonio Minetto.

Recuerdo a los chicos del barrio donde crecí que es en la calle 34 y 19 allí está la casa de mis padres. Cuando puedo hacer algún viaje a Buenos Aires por una cuestión relacionada con mi trabajo, entonces aprovecho y hago una escapada rasante y rápida por Mercedes y si me dan los tiempos, paso por el colegio porque uno siente un afecto muy especial por la ciudad”.

Durante la charla tuvo una mención especial para su padre: “Mi padre inicialmente era lechero y en el año 68 cuando se hizo la ley de pasteurización deja de realizar ese trabajo y cambió a una despensa que la tenía en la esquina de 34 y 19, en el barrio donde crecí. Hicieron mucho sacrificio para que nosotros estudiáramos, cosa que valoro muchísimo y se los transmito a mis hijos Lourdes que tiene 26 años y Agustín que tiene 22 años y está cursando quinto año de medicina”.

“En todo este tiempo – recuerda – a veces he tomado contacto con alguna profesora; recuerdo a muchas aunque por supuesto he perdido los contactos. Me acuerdo de mi profesora de inglés que me decía que yo manejaba ese idioma y hoy en día cuando asisto a congresos y hablo con colegas extranjeros prácticamente empleo lo que aprendí en el colegio porque alguna vez tomé algunas clases, pero el inglés del colegio me ayudó muchísimo”.

La metamorfosis de las milanesas
“Después de terminar el colegio me fui a Buenos Aires a estudiar medicina con otro compañero de Mercedes también y una vez que me recibí de médico seguí viviendo en Buenos Aires haciendo la residencia en la Fundación Favaloro.

Al principio mientras estudiaba en la facultad volvíamos casi todos los fines de semana a Mercedes – cuenta. Nos tomábamos el domingo a la noche el tren para Buenos Aires y en el bolso además de la ropa llevábamos la comida para toda la semana. Hoy le cuento a mis hijos que en aquella época no había freezer así que les decía de la metamorfosis que sufrían las milanesas.

Yo vivía con Cacho Laporta y con Nacho Estévez que estudiaba ciencias económicas. Recién en tercer año al empezar a ver las patologías pero no con pacientes sino de anatomía patológica y al tener mayor conocimiento de las enfermedades me empiezo a inclinar por la cardiología y cómo funciona el cuerpo humano en la parte cardiovascular.

Su trayectoria
“Hice 4 años de residencia y estuve en la jefatura de residentes y después seguí todavía unos años más en Buenos Aires haciendo una subespecialidad en la cardiología que es la hemodinamia que es todo procedimiento e intervenciones con catéteres. Seguí trabajando en Buenos Aires con el grupo del doctor Alfredo Rodríguez en esa subespecialidad.

En Argentina estuve trabajando en las Clínicas Anchorena y Otamendi y después tuve la posibilidad de venir a trabajar a Mendoza. Inicialmente era una oferta para el doctor Alfredo Rodríguez. Entonces teníamos miembros del equipo que semanalmente viajaban a trabajar a Mendoza hasta que finalmente, conforme fue creciendo y desarrollándose el proyecto, surgió la necesidad de que alguien pudiera radicarse y me ofrecieron la propuesta y estoy aquí en Mendoza desde mediados del 94.

Mendoza ha sido históricamente, junto con la provincia de Córdoba, un polo de desarrollo de la medicina especializada de la cardiología, muy importante fuera de lo que es Buenos Aires. Acá en Mendoza existe un centro de trasplante cardíaco dirigido por el doctor Claudio Burgos en el Hospital Italiano; trabajo en ese lugar y en el Hospital Español.

A la vez es un polo de desarrollo pero que hay dos o tres en el país de trasplantes renales o sea que es una provincia muy activa en lo que respecta a medicina”.

Su presente
“Hoy soy el jefe del servicio de hemodinamia, cardiología intervencionista y terapéutica endovascular del Hospital Español de Mendoza” – nos cuenta Miguel Ángel.

Desde el año 1993 el Hospital cuenta con este servicio, que ha ido creciendo y contribuyendo al diagnóstico y tratamiento de las dolencias cardiovasculares en adultos y niños bajo una concepción de trabajo en equipo.
En este servicio se realizan estudios mínimamente invasivos, a partir de una punción (pinchazo) por el que se colocan sondas de muy fino calibre (llamadas catéteres) dentro del aparato circulatorio y son guiados por un sofisticado equipo de rayos X que permite alcanzar (por el interior de los vasos sanguíneos) los diferentes órganos que deben ser evaluados.

En estos años, en conjunto con el servicio de cirugía cardiovascular, el Hospital Español ha incorporado el tratamiento mínimamente invasivo de la aorta, esto es que ante determinadas patologías de dicha arteria (aneurismas, disecciones, etc.) en lugar de realizar la cirugía convencional que implica mayor agresión para el organismo se puede resolver el problema colocando las prótesis desde las ingles.

A la permanente actualización del recurso humano se le agrega esta importante suma en los recursos edilicios y de equipamiento tendientes a cumplir con el credo del servicio el cual es brindar la mejor calidad de medicina para sus pacientes

La atención a pacientes chilenos
Durante esta pandemia un diputado chileno había propuesto el traslado de pacientes de ese país afectados con covid para que sean atendidos en Mendoza. Finalmente eso no ocurrió pero la utilización de la salud pública argentina es bastante usual pór parte de los chilenos, según nos cuenta el Dr. Larribau: “En donde yo trabajo no hay atención a chilenos porque son hospitales privados que trabajan con obras sociales locales, pero lo que sí se dio en una época era una inmigración no muy importante pero sí venían chilenos a hacerse cirugías estéticas y también hacerse implantes odontológicos porque les sale mucho más barato acá en la Argentina y lo que sí siempre ha habido es una gran afluencia al hospital público, sobre todo a la maternidad aquí en Mendoza, ya que muchos chilenos concurren al Hospital Luis Carlos Lagomaggiore que es un nosocomio general dedicado al servicio de obstetricia y ginecología de mucho prestigio local y regional, inaugurado en 1981 y llegan a ese centro muchas señoras de Chile de bajos recursos a hacer su parto para tener un bebé aquí en Mendoza”.

Disminución de las consultas por Covid
El Dr. Larribau nos cuenta que en su área específica han disminuido las consultas por infarto agudo. “Cuando se tapa una arteria coronaria, la parte del corazón que depende del flujo sanguíneo sufre un deterioro. Cuanto más grande es la zona de necrosis más sufre el corazón por eso es muy importante tratar de abrir la arteria prontamente.

Hay dos métodos para abrir una arteria que es el más eficiente, es decir colocando un stend pero cuando por alguna razón no se puede hacer eso, a veces por cuestiones de logística, porque se trata de un paciente que vive lejos en el interior de la provincia, se aplica el otro tratamiento para tratar de abrir la arteria que es un medicamento que se llama trombolítico que se da por vía venosa y eso disuelve una partecita del coágulo y deja que vuelva a pasar el flujo sanguíneo. Pero en este caso un factor importante es el tiempo y la rapidez con la que se aplique este medicamento.

Las consultas las hemos visto disminuidas y a la vez otra cosa que hemos visto es que los pacientes que consultan por infarto muchos de ellos por no salir de la casa lo hacen cuando ya no aguantaban más y acá hay que tener en cuenta que no es lo mismo esperar dos horas desde que se tapó que doce horas.

Todos los pacientes con patologías crónicas tienen que seguir controlándose, desde la hipertensión pasando por la diabetes hasta la insuficiencia cardíaca. Por un dolor de pecho, de infarto en curso, tiene que ir a una consulta y concurrir al hospital. Por supuesto que no está justificado quedarse en la casa cuando hay un problema de salud” – concluye Larribau.

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